El geranio ha sido usado desde tiempos inmemorables como una planta protectora, y ha sido plantada en jardines o en macetas en el interior de las casas para ahuyentar a los malos espíritus. Por lo tanto, se pueden hacer saquitos con sus hojas o frotar puertas y ventanas con sus hojas frescas para evitar que esas malas energías entren a nuestro hogar.
Las antiguas brujas las plantaban alrededor de sus casa, no solo para protegerse de energías perturbadoras, sino también para evitar las visitas indeseadas de las serpientes y los intrusos. Tal es la creencia de su poder protector ante el intrusismo, que se dice que las flores indican el camino por el cuál se aproximan los extraños.
Algunos curanderos Mexicanos usan el geranio rojo junto con la ruda y el pimiento para tratar y purificar a sus pacientes.
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