El tomillo quemado o como incienso se utiliza para la purificación de espacios y de altares antes de realizar un trabajo mágico y se cree que atrae la buena salud. También se puede añadir al agua de baño con el mismo fin de limpieza y purificación, otorga valor y fuerza de voluntad y es una buena defensa contra la negatividad. Se dice que colocando unas hojas secas de tomillo debajo de la almohada se consigue ahuyentar las pesadillas.
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