El búho es un tótem símbolo de misticismo, sabiduría y misterio ante todo. La sabiduría que nos transmiten estos seres ha de conducirnos a poder afrontar nuestros problemas con resolución, pero nunca a través de la confrontación directa. En la vivencia es un animal totémico, y favorece la conexión. Su gran intuición ligada a la vida nocturna hacen de él un gran ayudante para estos menesteres. También puede ayudarnos en los viajes astrales, así como a atraer premoniciones o mensajes.
El lobo tótem es un maestro espiritual de primer orden, y cuando aparece es porque necesitamos un guía en nuestras vidas. Los que tienen un tótem del lobo suelen ser gente con inquietudes espirituales, incluso maestros que enseñan a otros acerca de lo sagrado. Se dice del lobo que es un tótem que “sirve a los que sirven” o sea, a personas que se dedican a enseñar algo a los demás.
El lobo es sabiduría interior. Otorga confianza y deseos de libertad, o equilibrar la libertad. El lobo tiene mucho poder para protegernos en estados débiles y situaciones difíciles. Como tótem de poder el lobo es un amuleto que da inteligencia, astucia, comunicación, amistad, lealtad, generosidad y compasión.
La serpiente es un símbolo de transformación, renacimiento, resurrección, iniciación, sabiduría, y nuevos comienzos. Su capacidad de deshacerse de la piel y moverse por el mundo sin pies los ha hecho aparecer siempre bajo una luz mágica. Antes de desprenderse de su piel, a la serpiente se le nublan los ojos como para indicar que está entrando en un estado entre la vida y la muerte.
La serpiente es un símbolo de cambio y de sanación. Cada vez que una serpiente aparece como tótem, cabe esperar muerte y renacimiento en algún aspecto de la vida, aunque rara vez reflejará una muerte física real.
El águila es símbolo de la altura, representación del espíritu del Sol, y del principio espiritual. La vida del águila transcurre a pleno sol, es por tanto un animal solar, por lo que se considera como esencialmente luminosa y participa de los elementos aire y fuego. Como se identifica con el sol y la idea de la actividad masculina, fecundante de la naturaleza materna, el águila simboliza también el padre. El águila se caracteriza además por su vuelo intrépido, su rapidez y familiaridad con el trueno y el fuego. Posee el ritmo de la nobleza heroica.
El águila como tótem personal, aporta fuerza, renovación, vitalidad, pasión, valentía, nobleza. Cómo amuleto totémico, el águila es muy útil a los hombres especialmente, que les otorga poder, energía y virilidad.
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