Urano es un titan primordial personificador de la bóveda estrellada o del cielo. Su equivalente en la mitología romana era Caelus. En la griega, Urano era hijo y esposo de Gea / Gaya, la Madre Tierra, que, según cuenta Hesíodo en la Teogonía, había concebido a Urano por sí misma. Urano y Gea fueron los padres de la primera generación de Titanes: seis Titanes y seis Titánides, los Cíclopes (que tenían un solo ojo en la frente) y los Hecatonquiros, que tenían cincuenta cabezas y cien brazos; así como los ancestros de la mayoría de los dioses griegos; sin embargo, ningún culto específico de Urano sobrevivió en la época clásica. El dios no aparece entre los motivos usuales de las ilustraciones de la cerámica griega antigua. Con todo, Gea, Urano y Estigia podían ser reunidos en solemnes invocaciones en la épica homérica.
Castración de Urano
En la Teogonía, Hesíodo narra que Urano retenía a sus hijos en el seno de su madre cuando estaban a punto de nacer. Gea urdió un plan para vengar el ultraje: talló una hoz de pedernal y pidió ayuda a sus hijos. Solo Cronos, el menor de ellos, estuvo dispuesto a cumplir con su obligación, emboscó a su padre cuando yacía con su madre, lo castró con la hoz y arrojó los genitales tras él. Al salpicar la sangre, Gea la recogió, y de ella surgieron los Gigantes, las Erinias y las Melias. Los genitales de Urano produjeron una espuma de la que nació Afrodita Urania. Urano vaticinó que los titanes tendrían un castigo justo por su crimen, anticipando la victoria de Zeus sobre Cronos.
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