En los cuentos populares rusos, Baba Yaga es una vieja bruja que puede ser temible y aterradora o la heroína de un cuento y, a veces, logra ser ambas cosas.
Descrito por tener dientes de hierro y una nariz terriblemente larga, Baba Yaga vive en una choza al borde del bosque, que puede moverse sola y se representa con patas como un pollo. Baba Yaga, a diferencia de muchas brujas folclóricas tradicionales, no vuela sobre una escoba. En cambio, ella se pasea en un mortero gigante, que empuja junto con un mortero igualmente grande, remando casi como un bote. Ella barre las huellas detrás de ella con una escoba hecha de abedul plateado.
En general, nadie sabe si Baba Yaga ayudará o dificultará a quienes la buscan. A menudo, las personas malas obtienen sus postres justos a través de sus acciones, pero no es tanto que ella desee rescatar lo bueno, sino que el mal trae sus propias consecuencias, y Baba Yaga simplemente está allí para ver estos castigos.
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