En principio, Tyr es conocido como el dios de la guerra, relacionado con Marte o Ares (en las mitologÃas romana y griega, respectivamente), sin embargo, ha sido asociado primordialmente con la justicia, la ley y los juramentos vikingos. Como dios de la guerra y la justicia era muy amado por sus parientes y uno de los más venerados por los vikingos.
Era famoso tanto por evitar que surgieran conflictos como por hacer lo necesario para que la resolución de los mismos fuera hecha con justicia, por lo que su nombre siempre formaba parte de las fórmulas en las que juraban los vikingos. Los soldados del ejército que combatÃan mandaban a tallar la runa týr en las espadas que empleaban con la fe de poder obtener su ayuda en la guerra. Tyr es dios de la guerra y esto se evidencia cuando en la Edda Poética, Loki lo insulta diciéndole que él lo único que podÃa hacer era provocar o estimular conflictos más jamás podrÃa resolverlos.
Pero esto no es del todo verdad, porque Tyr, si bien es cierto es el dios de la guerra, siempre se preocupó por buscar la justicia para todos y que la ley fuera equitativamente aplicada. Es por esto que ha sido caracterizado como un jurista de actuar prudente que trataba de someter al fiel a la balanza de manera justa y equitativa, las cosas eran sometidas a su consideración e impartÃa justicia de forma adecuada.
Siempre buscó la paz, y para eso hizo acopio de su valentÃa y de su proceder honesto, empleó su poder y con sabidurÃa logró detener muchos encuentros bélicos antes de que iniciaran.
Era poseedor de una gran vastedad de conocimientos que compartÃa sin miramientos tanto con los demás dioses como con los humanos con quienes contactaba.
En cuanto a su relación con las Valkirias, que eran las guerreras extraordinarias a quienes se les confiaba el traslado de los caÃdos en batalla a los salones del Valhalla, se cuenta que ellas requerÃan de su aprobación junto con la de OdÃn, respecto de cuáles guerreros serÃan merecedores de ese honor.